Por
Jimm Budd
Hace cinco o seis años, el magnate hotelero Sol Kerzner compró y reconstruyó uno de los primeros resorts de Los Cabos para abrirlo como el opulento One and Only Palmilla. Para asegurarse de que todos supieran de su esplendor, el empresario sudafricano se jactó de que sus tarifas eran las más caras de México. Eso redujo a Las Ventanas al Paraíso al segundo lugar si el lujo se calificara sólo por precio.
El One and Only Palmilla y Las Ventanas al Paraíso están en otro nivel, ya que el Capella Pedregal cobra 750 dólares por noche la última vez que revisé, pero los precios tienden a variar según la demanda y la temporada. Todos están en Los Cabos.
Las tarifas altas parecen ir en contra de lo normal. Los viajeros generalmente buscan los precios más bajos en internet. Aunque no siempre.
La búsqueda de algunos por algo mejor, aunque más caro, fue descubierta hace muchos años por Holiday Inn, empresa que inició en Estados Unidos para atender a agentes vendedores.
Sin embargo, cuando éstos conseguían un mejor puesto, buscaban hospedarse en un hotel acorde a su nueva importancia. Entonces surgió Crowne Plaza. Aquellos que creen que merecen algo aún mejor, buscan entonces en un InterContinental. No importa la elección, pues todos pertenecen a la misma corporación.
Marriott también cuenta con varias marcas, entre ellas la lujosa JW Marriott Marquis, que abrió su primer hotel en Miami con dos pisos de instalaciones deportivas, que incluyen una clínica de golf, una cancha de tenis y un spa. Sobre éste, hay todavía un hotel más íntimo, el Beaux Arts.
Todo esto hace pensar qué se consigue al pagar todo ese dinero extra. Habitaciones más grandes, mobiliario con mejor diseño, camas más cómodas y luego qué...
En Riviera Maya, por ejemplo, la tarifa del Banyan Tree Mayakoba es casi el doble que en el Fairmont Mayakoba que, de por sí, ya es bastante caro. ¿Por qué esa diferencia?
Bueno, en el Banyan Tree los huéspedes son contactados por su mayordomo antes de llegar. Éste pregunta desde qué tipo de música les gustaría escuchar mientras se trasladan del aeropuerto al hotel en una limusina de lujo hasta qué libaciones quieren en su refrigerador. Ofrece hacer las reservaciones en los restaurantes del resort y los tratamientos en el spa. Es, en cierto modo, un vendedor, porque no es un resort todo incluido.
Mientras los propietarios del Four Seasons en Nueva York presumen que su penthouse suite es el más caro del mundo; cuesta alrededor de 35 mil dólares por noche, claro, deducibles de impuestos para los huéspedes en viaje de negocios. Están incluidos los servicios no sólo de un mayordomo, sino también de un entrenador y un chofer con Rolls Royce.
¿Quién podría pagar estos precios? A Carlos Slim, la tarifa seguramente no le podría parecer exagerada, tampoco a Bill Gates. Hay otros dueños de corporativos casi igual de ricos, aunque no tan famosos. Bill Clinton cobra 150 mil dólares por dar un discurso, por lo que podría pagar una o dos noches en dicho penthouse... Pero, cuál sería el punto de ser millonario si no pudieras pagar por lo que otros no pueden costearse.
jimm@jimmbudd.com
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